El nacimiento de Atenea

 

El nacimiento de Atenea fue un hecho insólito en el Olimpo y en toda Grecia. Zeus tenía miedo de que uno de sus hijos lo destronara como hizo él con su padre, la profecía de Cronos seguía muy presente en las pesadillas de Zeus. Por desgracia la titánide Metis quedó embarazada de Zeus y este se la comió entera. No obstante, la gestación de Atenea siguió su curso en la cabeza de Zeus.

Este le pidió a Hefesto (en otras versiones fue Hermes, Prometeo o Palemón, la más aceptada es la de Hefesto) que le abriera la cabeza de un hachazo, pues su dolor de cabeza indicaba que el parto estaba próximo. Ante la mirada de los demás Dioses del Olimpo nació Atenea ya con la armadura puesta y al saltar de la cabeza de Zeus profirió un grito que hizo que le Olimpo se tambaleara, la tierra gritó, el mar se agitó y Helios Dios del Sol paró a sus caballos ante la expectación de aquel nacimiento.

 

Ese día y de esa forma nació Atenea, diosa de la guerra, la civilización, sabiduría, estrategia en combate, de las ciencias, de la justicia y de la destreza. Fue una de las Diosas más veneradas y poderosas, ni Ares podía con ella. También se la conocía como Palas Atenea que llega a significar algo así como: Muchacha virgen.

Zeus sonrió, había nacido su hija favorita


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