Los trabajos de Hércules 1/12: El león de Nemea

La historia de los trabajos de Hércules comienza con un ataque de celos de Hera. Hércules nació fruto de un romance entre Zeus y Alcmena, Hera furiosa hizo enloquecer a Hércules y este mató a su mujer, a sus hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos. Cuando recuperó la cordura vió lo que había hecho y decidió ir a consultar al oráculo de Delfos, el oráculo le dijo: “Acude a Tirinto y ponte bajo las órdenes del Rey Euristeo”.

Euristeo tenía miedo de que Hércules le arrebatara el trono así que decidió mandarle trabajos cada vez más difíciles con la intención de que muriese. El primer trabajo fue el de llevarle la piel del León de Nemea (este león era el hijo de Tifón y Equidna).

El León había estado aterrorizando la pacífica vida de la gente de Nemea, no solo se comía el ganado si no a también a gente. Hércules fue a enfrentarse al León, probó con 3 armas:

  • Le disparó con un arco todas las flechas que se pudo llevar pero no lo consiguió, la piel del león era impenetrable.
  • Arrancó un olivo del suelo y lo utilizó como maza, logró atontar al león pero la maza se partió en 2.
  • Por último, probó con su espada de bronce, la cual no logró penetrar la piel del León.

Se retiró a pensar de qué manera podría matarlo, tras pensarlo por unas horas se dio cuenta de que no necesitaba ningún arma, simplemente la fuerza de un Dios. Se dirigió a la guarida del león y taponó una de sus salidas, con el león acorralado amordazó su cuello con sus dos brazos y no paró hasta que el león dejó de respirar.


Hércules había salido victorioso de aquella lucha, no obstante para completar el trabajo aún quedaba desollar al león y llevarle la piel a Euristeo. Estaba desesperado, no sabía cómo iba a cortar la gruesa piel de aquel león monstruoso. Atenea no se había perdido un segundo de aquella batalla y como protectora de los héroes decidió bajar a echarle una mano a su medio hermano. Se disfrazó de una anciana bruja y le dijo: “si yo tuviera que desollar tal bestia utilizará sus propias garras”. Hercules hizo caso a la anciana y desolló al león con sus garras.

Llegó a Tirinto y dejó caer la piel del león frente al rey Euristeo, éste por poco muere del susto, solo acertó a decir: “¡Has completado el trabajo pero llévate la piel de esta bestia por Zeus!”. Hércules usó aquella piel como túnica y la cabeza como yelmo, en el mundo terrenal no encontraría una mejor armadura.

Curiosidades

Según relata Eratóstenes, algunos opinaban que la constelación de Leo conmemoraba esta hazaña de Heracles.


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