Los trabajos de Hércules 4/12: La cierva de Cerinea

El cuarto trabajo que se le encomendó a Hércules no requería de fuerza, fue un reto al ingenio y a la paciencia. La cierva de Cerinea vivía en el monte de su mismo nombre (al nordeste de Arcadia), poseía cuernos dorados y estaba consagrada a Artemisa.

 

El trabajo consistía en atrapar a la cierva sin hacerle rasguño alguno y mostrársela a Euristeo. Como se ha dicho en el párrafo anterior la cierva estaba consagrada a Artemisa y dicha diosa era conocida por ser muy celosa de sus posesiones y terrible al lanzar maldiciones.


Hércules estuvo persiguiendo a la cierva 1 año entero, hay varias versiones de como la atrapó:

  1. La sorprendió con una red cuando el animal dormía.
  2.  La logró atrapar en una carrera de desgaste.
  3.  Lanzó una flecha con tal precisión que bastó para hacerla tropezar sin hacerse daño y la atrapó.

La última versión es la más aceptada. Como se puede ver este trabajo fue muy difícil por la condición de no dañar al animal, ya que no era peligro y contaba con la bendición de Artemisa.

 


Cuando Hércules quiso volver con la cierva a Micenas se encontró con Apolo y Artemisa, esta última le recriminó querer dañar a la cierva y le exigió que se la devolviera. Hércules le explicó la razón de tales acciones y le prometió que cuando la viera Euristeo la liberaría sana y salva. Artemisa confió en la palabra de Hércules y este hizo lo que prometió.

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